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Como surgem os sobrenomes compostos na Espanha?

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Durante la investigación de una familia española, podemos encontrarnos con los llamados “apellidos compuestos”. ¿Por qué existen y qué pueden revelar?

Actualmente, en España se sigue la regla de que el primer apellido es el paterno, seguido por el materno. Sin embargo, hay casos de personas con más de dos apellidos, con dos de ellos unidos por un “-“, “y” o “de”. Esta unión de apellidos no suele ser reciente, habiendo ocurrido en algún momento del pasado.

La familia López de Ayora

Un ejemplo encontrado en mi árbol genealógico es el de la familia López de Ayora, que vivía en la ciudad de Vera, en Almería.

Juan López de Ayora se casó, posiblemente en la segunda mitad del siglo XVI, con María Gómez. A lo largo de las generaciones, es posible verificar que varios descendientes continúan con el apellido López de Ayora:

  • Pedro López de Ayora, bautizado en 1575 y casado con María Gallardo.
    • Juan López de Ayora, bautizado en 1600 y casado con María Núñez.
      • Juan López de Ayora “El mozo”, bautizado en 1654 y casado con María García.
        • Agustín López Ayora, bautizado en 1701 y casado con Catalina Ximénez Salas.

Sin embargo, con el tiempo, algunos descendientes de Pedro López de Ayora comienzan a adoptar solo el apellido López, abandonando el uso de Ayora.

Orígenes históricos

El origen de los apellidos compuestos se remonta a la Edad Media, entre los siglos XIII y XIV. En aquella época, las familias nobles combinaban los patronímicos (apellidos derivados del nombre paterno) con los topónimos (nombres de las tierras de procedencia) para distinguirse y fortalecer sus lazos con la tierra y el señorío.

Esta práctica, que inicialmente servía para diferenciar ramas dentro de las grandes casas, como los Núñez de Lara y los Manrique de Lara, con el tiempo se extendió a otras clases sociales.

Motivaciones para la combinación de apellidos

A lo largo de la historia, diversos factores impulsaron la formación de apellidos compuestos en España:

  • Unión de linajes: debido al matrimonio con mujeres de linajes importantes o que aportaban patrimonio, el apellido materno se unía al paterno.
  • Distinção social: en una sociedad jerárquica, poseer apellidos compuestos se veía como un símbolo de prestigio y estatus, especialmente para aquellos que buscaban ascender socialmente.
  • Identificación individual: en regiones con muchos homónimos, la adición de un apellido familiar o un apodo facilitaba la identificación de personas y familias.

Tipos de apellidos compuestos en España

Los apellidos compuestos españoles pueden clasificarse en tres categorías principales:

  1. Patronímico + Apellido de linaje: originados de un miembro específico de un linaje, con el patronímico sirviendo como marca de identidad de esa rama familiar. Ejemplos: Núñez de Lara, Fernández de Córdoba.
  2. Topónimos compuestos: indican la procedencia geográfica de un individuo, generalmente formados por dos nombres. Ejemplos: Espinosa de los Monteros, Cabeza de Vaca.
  3. Unión de apellidos preexistentes: la forma más frecuente, resultado de la combinación de dos nombres de familia. Ejemplos: Ortiz de Zúñiga, Ortiz de Guzmán.

Mitos

Existen algunos mitos en torno a los apellidos compuestos, como los siguientes:

  • Exclusividad de la nobleza: la posesión de apellidos compuestos no era prueba de nobleza, aunque sí era frecuente entre familias nobles antes de 1800.
  • Vanidad como motivación principal: la vanidad jugó un papel, pero otros factores como la unión de linajes, la distinción social y la identificación individual fueron más relevantes.
  • Extinción tras el registro civil: la creación del Registro Civil en 1871 no resultó en la extinción de tales apellidos, sino en la reordenación y oficialización de aquellos con tradición familiar.

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